
Muestra Colectiva 2025
UN MAR DE ROSTROS
Te invitamos a recorrer juntos a través de una experiencia interactiva este camino hacia el encuentro con aquello que nosotros llamamos guía interno.

NUESTRA PROPUESTA
De imprevisto, una invitación nos encontró. Algunos se enteraron por sus profes de cerámica, otros por compañeros, y otros por amigos de amigos. Así nació la propuesta de crear una máscara a partir de tres atributos: fuerza, bondad y sabiduría.
La idea nos cautivó desde el principio. Nos invitaba a salir de la zona de confort y a enfrentarnos a la arcilla. Algunos escritores sufren el síndrome de la “hoja en blanco”; lo nuestro es lo mismo, pero con el barro. ¿Cómo darle forma a un rostro humano? ¿Era eso lo que queríamos representar? ¿Seríamos capaces? Las preguntas eran muchas, pero ninguna tendría respuesta sí no lo intentábamos.
Así, entre charlas, risas y manos llenas de arcilla, fuimos modelando no solo máscaras, sino también vínculos y nuestro interior. Cada pieza se convirtió en un puente entre lo
interno y lo externo; un modo de mostrar aquello que, más que esconder, deseamos revelar.
Estas máscaras no ocultan, iluminan. Son reflejo de nuestros sueños, deseos y aprendizajes. Son imperfectamente perfectas y juntas, forman un mar de rostros diversos, hechos de arcilla del cosmos.
MÁSCARAS

FRAGMENTOS
Lea Invicta Natale
Vamos cayendo, poco a poco. Es una caída en cámara lenta, cada segundo siendo una obra de arte, una tragedia, un poema improvisado.
Son reflejos, memorias borrosas que parecen pinceladas. A veces son imágenes ultravivas, tan agudas que queman la piel. Es el llanto de un recién nacido, ese primer beso que siempre soñaste, un crujido en tus huesos que te hace pensar que estás creciendo, una piedra en tu estómago que te recuerda que algún día te vas a morir. Es el calor de papá, una voz que se despide, un abrazo que nunca se va y que quisieras olvidar.
Sigues cayendo mientras vives una vida hecha pedazos, una serie de fragmentos que a veces no parecen tener relación, no parecen ser vividos por la misma persona. Nadie lo ve entero, nadie te vé entera, ni siquiera vos misma. Intentarlo sería invitar a la locura, sentarse a leer un libro sin fin, echar raíces y pintar el cielo.
Solo podemos mirar la vida de reojo, de a pedazos. Entendamos nuestra limitación, aceptemos la caída, tratemos de aspirar todos los colores que podamos, y sigamos cayendo.
Vamos cayendo, poco a poco. Es una caída en cámara lenta, cada segundo siendo una obra de arte, una tragedia, un poema improvisado.
Son reflejos, memorias borrosas que parecen pinceladas. A veces son imágenes ultravivas, tan agudas que queman la piel. Es el llanto de un recién nacido, ese primer beso que siempre soñaste, un crujido en tus huesos que te hace pensar que estás creciendo, una piedra en tu estómago que te recuerda que algún día te vas a morir. Es el calor de papá, una voz que se despide, un abrazo que nunca se va y que quisieras olvidar.
Sigues cayendo mientras vives una vida hecha pedazos, una serie de fragmentos que a veces no parecen tener relación, no parecen ser vividos por la misma persona. Nadie lo ve entero, nadie te vé entera, ni siquiera vos misma. Intentarlo sería invitar a la locura, sentarse a leer un libro sin fin, echar raíces y pintar el cielo.
Solo podemos mirar la vida de reojo, de a pedazos. Entendamos nuestra limitación, aceptemos la caída, tratemos de aspirar todos los colores que podamos, y sigamos cayendo.

NOSTALGIA
Constanza Morán
Nostalgia trae un recuerdo de aquella infancia feliz, un sentimiento de añoranza que se transforma y evoluciona en el presente, en el yo más adulto, pero con la esencia del pasado.

LA TRANSFORMACION
Mayra Romero
Desde lo profundo, dejo brotar el dolor: materia áspera, quebrada, que me enlaza con las raíces. Asciende despacio, desprendiéndose de la rigidez de las heridas, para volverse suave, para encenderse en colores que dan vida. Es la fuerza interior que nace de mirar hacia adentro, de abrir el pasaje oculto entre la herida y la luz. Una fuerza que irradia como un sol: iluminando la sombra, abrazando el sufrimiento, y transformándolo en resplandor.

CICATRICES
Ana Paula Gette
En la búsqueda de la fortaleza, generamos nuestras propias cicatrices como una suma de huellas, desafíos, heridas, que se enfrentaron, se superaron, se sanaron.

RAJADURAS DE UN YO ILUSORIO
Alejo Tosar
La representación interna es como una esfera. En la piel de la esfera se encuentra el mundo, el Yo. En su centro está la luz. De esa profundidad proviene lo real, el sentido, la sabiduría, la fuerza y la bondad. Cuando se silencia ese espacio interno, la luz de lo profundo irrumpe y atraviesa con su fuerza las rajaduras del Yo ilusorio. La máscara, hecha de barro ordinario —de barro del mundo—, se raja, se rompe. Es atravesada por la luz interna, que a su vez se abre paso por las capas esféricas de lo profundo.

ACEPTACION
Hermes Quintero
La fuerza no está en ocultar lo que duele, sino en mirar de frente lo que es. Aceptar la verdad, incluso cuando es áspera o incómoda, es un acto de coraje. Lo feo tiene su propia belleza: la de lo real, lo que no necesita filtros ni simetría para existir. En la imperfección se revela la autenticidad, y en reconocerla nace una fuerza interior que no busca parecer, sino ser. Porque solo quien se atreve a ver la verdad sin adornos puede transformarla.

ARRUGAS
Lucía Velázquez
La sociedad rechaza todo lo que tenga que ver con lo efímero de la materia, nuestra materia: el cuerpo.
La muerte.
Todo se cae (piel) y se resquebraja.
Busque resaltar eso a través de los colores. La gente se estira la cara; yo hago una llena de arrugas y colores. Hay una técnica japonesa llamada Kintsugi, en la que restauran piezas rotas con oro, no para ocultar las fracturas, sino para hacerlas una parte valiosa y estética de su historia. Lo bello de lo que resiste. Resiliencia.

DESCONTROLADAMENTE CALMO
Matias Nahuel Tellechea
El trabajo se basa en el concepto de calma, inspirado en los nenúfares de Monet y en la idea de crear desde el gesto y el no control. A partir del intercambio con mis compañeros, decidí despojarme de juicios y permitir que la materialidad hable por sí sola, a través del juego y la espontaneidad.
La obra, en principio, buscó representar la calma inspirada en los nenúfares del pintor Monet. A través del gesto libre y del no control, se explora la creación de la obra como un acto meditativo, donde la materia y el movimiento se juntan, privilegiando el azar y la espontaneidad, permitiendo que el color y la textura evoquen un estado de quietud interior. La obra busca transmitir la sensación de calma que surge al soltar el control y dejar que el gesto encuentre su propio equilibrio.

ELENA
Elena P
La vida moldeada en el barro, que con el paso del tiempo deja marcas, que tratar de borrarlas artificialmente no las evita.
Encontrando la vitalidad en la mirada el pensamiento
Etapa de Elena con parte del camino recorrido y energías para redescubrir caminos en este transitar.
PARTICIPÁ

Creá y compartí tu propio guía interno.
A través del juego invitamos al espectador a crear la representacion de este guía.
Entre fragmentos de rostros, que en su singularidad carecen de sentido pero que en la integración percibimos una unidad subyacente.
Desde este espacio interactivo invitamos a quien quiera a incursionar en la búsqueda de esa fuerza, impulso o <guía interior> que nos conecta con nuestra esencia de estar vivos.
PROCESO
De imprevisto, una invitación nos encontró. Algunos se enteraron por sus profes de cerámica, otros por compañeros, y otros por amigos de amigos.
Así nació la propuesta de crear una máscara a partir de tres atributos: fuerza, bondad y sabiduría.
La idea nos cautivó desde el principio.
Nos invitaba a salir de la zona de confort y a enfrentarnos a la arcilla. Algunos escritores sufren el síndrome de la “hoja en blanco”; lo nuestro es lo mismo, pero con el barro.
¿Cómo darle forma a un rostro humano? ¿Era eso lo que queríamos representar? ¿Seríamos capaces? Las preguntas eran muchas, pero ninguna tendría respuesta sí no lo intentábamos.

Así, entre charlas, risas y manos llenas de arcilla, fuimos modelando no solo máscaras, sino también vínculos y nuestro interior.
Cada pieza se convirtió en un puente entre lo interno y lo externo; un modo de mostrar aquello que, más que esconder, deseamos revelar.
Estas máscaras no ocultan, iluminan. Son reflejo de nuestros sueños, deseos y aprendizajes. Son imperfectamente perfectas y juntas, forman un mar de rostros diversos, hechos de arcilla del cosmos.
