
Muestra Colectiva 2025
UN MAR DE ROSTROS
Te invitamos a recorrer juntos a través de una experiencia interactiva este camino hacia el encuentro con aquello que nosotros llamamos guía interno.

NUESTRA PROPUESTA
De imprevisto, una invitación nos encontró. Algunos se enteraron por sus profes de cerámica, otros por compañeros, y otros por amigos de amigos. Así nació la propuesta de crear una máscara a partir de tres atributos: fuerza, bondad y sabiduría.
La idea nos cautivó desde el principio. Nos invitaba a salir de la zona de confort y a enfrentarnos a la arcilla. Algunos escritores sufren el síndrome de la “hoja en blanco”; lo nuestro es lo mismo, pero con el barro. ¿Cómo darle forma a un rostro humano? ¿Era eso lo que queríamos representar? ¿Seríamos capaces? Las preguntas eran muchas, pero ninguna tendría respuesta sí no lo intentábamos.
Así, entre charlas, risas y manos llenas de arcilla, fuimos modelando no solo máscaras, sino también vínculos y nuestro interior. Cada pieza se convirtió en un puente entre lo
interno y lo externo; un modo de mostrar aquello que, más que esconder, deseamos revelar.
Estas máscaras no ocultan, iluminan. Son reflejo de nuestros sueños, deseos y aprendizajes. Son imperfectamente perfectas y juntas, forman un mar de rostros diversos, hechos de arcilla del cosmos.
MÁSCARAS

AGUA
Beatriz Dueñas
Agua, como elemento de cambio y movimiento.

METAMORFOSIS
Pilar Morán
La transformación como un acto de liberación y renacimiento, donde el cambio se convierte en la esencia de la existencia.
La obra representa la fuerza de cambiar, de soltar lo que somos para convertirnos en algo nuevo. Es un viaje de transformación, de encontrarse en el movimiento, de descubrir en cada paso una parte desconocida de nosotros mismos. Nos invita a fluir con la vida, a aceptar el caos, a aprender y a crecer sin miedo a dejar atrás lo que ya no somos.

AMATISTA
Lucrecia Figueredo
Amatista refleja mi búsqueda de armonía entre lo visible y lo invisible, entre el cuerpo y la energía.
Creé Amatista como un reflejo de mis propios procesos de alineación. Las piedras simbolizan la energía que se desprende cuando nos atrevemos a mostrarnos tal cual somos: imperfectos, pero verdaderos

TRASCENDER
Lola Pernigotti
Somos capaces de desenredar las sogas del control con el fin de entregarnos a las profundidades de nuestro ser?
Utilizas la fuerza disruptiva para romperlas por la urgencia del entendimiento o eliges el camino de la bondad desenredando nudo por nudo sin ansiar el encuentro?
Decide tranquilo,
El final queda abierto, ambos llevan al mismo destino.
Mi propuesta surge gracias a un disparador creativo dado en uno de los primeros encuentros donde se nos invitó a vincular de alguna manera este proceso creativo de las máscaras con el pasado. En aquel entonces al igual que ahora me hallaba transitando un momento de gran dolor, de búsqueda de mi verdad, de conexión con mi esencia que encontraba perdida. Estaba atravesada por ese sufrimiento lo cual no me había permitido conectar con los encuentros previos a la presentación. Hasta último momento creía no llegar a presentarme porque no había podido entregarme a crear. La noche previa al último encuentro tuve un sueño muy revelador, que representaba exactamente eso que yo transitaba (me encontraba atrapada en un sin fin de ramas y espinas que no me dejaban ver más allá).
Volviendo al concepto de esta obra que surge de esta vinculación me encontraba también atravesando un gran dolor, pero desde otro ángulo, con muchas cosas más transitadas. A diferencia del anterior, esta vez ese dolor ya no era sufrimiento, ya no me frenaba, yo avanzaba igual pero con dolor, sabía que quería ser parte de cada encuentro aunque no me sintiera del todo presente en mi. Es ahí donde empieza este viaje creativo. Compartiendo mis bocetos con todos, tuve una gran intuición. Mi máscara reflejaba mi yo interior, eso que en la superficie no se puede ver, eso que el ego no puede entender, eso que no necesita análisis ni procesamiento, solo presencia. Pude apreciar la raíz de ese dolor que mis bocetos reflejaban (un rostro dormido y apretado por una soga y el otro con ojos de espejo y una textura de árbol). Esas dos pequeñas máscaras tenían todo lo que necesitaba para accionar tanto en la idea principal como en mi vida real. Los días pasaron y los bocetos al igual que yo evolucionaron, decantaron a lo que hoy es el resultado final de mi máscara. Siento haber logrado expresar los 3 conceptos propuestos por el equipo. Por un lado está la Bondad , la cual intenta expresar a través del rostro, como algo sereno, calmo, que descansa en sí mismo sin exigencias externas pero que a la vez está preparado para abrir los ojos y entregarse afuera si eso de ella esperan. Por otro lado, la fuerza que elegí manifestar con la textura, al igual que los árboles cuando los golpea el viento, invita a un movimiento, a un fluir pero que no es violento. Finalmente la sabiduría, que la incorporó como un elemento a parte en este caso la pecera que busca simbolizar las profundidades del agua, algo que relaciono directamente con este concepto, considero que la sabiduría es ir más allá de lo que vemos a simple vista, es sumergirse en la profundidad de la vida con el fin de adquirir una nueva perspectiva. Si tuviera que reducir todo esto a una palabra , esa sería Trascendencia, ir más allá de tus propias limitaciones, cualesquiera que estas sean. Sumergirse en el misterio de lo desconocido. Allí donde no conocemos las respuestas y pero eso es lo que nos trae consigo un aprendizaje. Una Verdad, la cual quiero compartir hoy con vos espectador, porque si vemos más allá de las palabras, lo que uno puede Ve(R) debe compartirlo (DAD). De un modo u otro, todos venimos y nos dirigimos a lo mismo. Eso es lo que nos da sentido.

MEMORIA FAMILIAR
Santiago Castagnoli
Como el oso del tiempo fue, de a poco, borrando recuerdos, cerrando los ojos, pero no todos.
Me inspire en mi abuela, y como la demencia fue comiendo su memoria

SUEÑOS
Julia Solari Grigera
Dicen que el barro recuerda lo que el alma olvida. En su interior vive un silbato: un soplo que habla cuando la voz no puede. Es el eco del que calla, la respiración de lo invisible. La máscara esconde el rostro, pero revela el alma. La cerámica, frágil y eterna, se vuelve lenguaje: el fuego le dio voz al silencio y el barro aprendió a decir sin hablar.
Esta máscara nació de un sueño, como muchas de mis obras en cerámica.
La máscara, por un lado, introduce una paradoja: es un objeto que oculta el rostro, pero también revela una identidad creativa de cada uno. Esconde la vulnerabilidad de la persona, mientras expresa la identidad individual. En esta tensión entre lo oculto y lo expresado, surge el sentido profundo de la obra: proteger lo íntimo sin silenciarlo. A la vez, el silbato integrado en la pieza funciona como una extensión simbólica de la voz: un medio para expresarse cuando no se puede decir nada. Su sonido atraviesa el límite entre lo material y lo invisible, recordando que la comunicación no siempre necesita palabras. El silbato se convierte así en un canal de energía, una respiración del dragón que habla a través del aire, cuando la voz humana calla. La cerámica actúa como un puente entre esos dos mundos. El barro, moldeado por las manos, guarda la huella del gesto creador, mientras el fuego lo transforma en permanencia. En ese proceso, lo efímero se vuelve eterno: la materia se hace voz.
El Espiritu Ceramista es, en esencia, una meditación sobre la protección, el silencio y la expresión. Una máscara que esconde para revelar, que calla para hacerse oír, y que a su vez, encuentra una voz propia.
PARTICIPÁ

Creá y compartí tu propio guía interno.
A través del juego invitamos al espectador a crear la representacion de este guía.
Entre fragmentos de rostros, que en su singularidad carecen de sentido pero que en la integración percibimos una unidad subyacente.
Desde este espacio interactivo invitamos a quien quiera a incursionar en la búsqueda de esa fuerza, impulso o <guía interior> que nos conecta con nuestra esencia de estar vivos.
PROCESO
De imprevisto, una invitación nos encontró. Algunos se enteraron por sus profes de cerámica, otros por compañeros, y otros por amigos de amigos.
Así nació la propuesta de crear una máscara a partir de tres atributos: fuerza, bondad y sabiduría.
La idea nos cautivó desde el principio.
Nos invitaba a salir de la zona de confort y a enfrentarnos a la arcilla. Algunos escritores sufren el síndrome de la “hoja en blanco”; lo nuestro es lo mismo, pero con el barro.
¿Cómo darle forma a un rostro humano? ¿Era eso lo que queríamos representar? ¿Seríamos capaces? Las preguntas eran muchas, pero ninguna tendría respuesta sí no lo intentábamos.

Así, entre charlas, risas y manos llenas de arcilla, fuimos modelando no solo máscaras, sino también vínculos y nuestro interior.
Cada pieza se convirtió en un puente entre lo interno y lo externo; un modo de mostrar aquello que, más que esconder, deseamos revelar.
Estas máscaras no ocultan, iluminan. Son reflejo de nuestros sueños, deseos y aprendizajes. Son imperfectamente perfectas y juntas, forman un mar de rostros diversos, hechos de arcilla del cosmos.
